Me pregunto quien eres
al ver tu rostro miserable,
que miente, con descaro y desacato.
...¿Eres tu en verdad quien dices ser...?
¿por qué en tu faz yo veo penitentes
que van tras de mi huella y mi confianza...?
Fantasmas sois, que pululan falsedades
en un solo deseo desatados...
al socaire de los muros transparentes.
No será la próxima sentencia
la que a traición desoigan tus oídos...
sabandija cruel y sin sentido,
que succiona la médula y los sesos.
En otros astros prodigas tu immundícia,
¡Oh fiera,sin razón ni vida propia!
calumnias con odio depravado
la sinrazón opaca de tu estima.
...¿Piensas que mis ojos están ciegos?
...ni mis ojos, ni mi boca osan nombrarte,
cosa infame, insignificante y maloliente...
¿Vendrás a desafiar mi pulso?
o esconderás la cabeza entre las piedras...,
esas que entre tus lodos te veneran.
¡Oh, sacrílego inciensario que paseas
entre bambalinas miserables y mediocres...!
...No traslades humos fatuos a estos soles,
que de nada han de servirte...¡te lo juro!
por el dios que me da vida...
no te afanes en llamar a mis aldabas,
que están blindados a tus fuegos mis oídos
y no hay ángel caído que me llame.
Maribel Cano(derechos reservados)