De mi largo pelo fué prendida
en él, una flor que me trajiste,
y al punto, de tus ojos fuí rendida
por siempre, del regalo que me diste.
A mi piél etérea, el sutíl perfume,
reflejaba el color de tal manera,
que presa de su encanto, y en resumen,
impregnaba de aroma mi melena.
Tan bella flor, parece que encontraste,
en un jardín florido que tenías,
más, cuando de mi pelo la soltaste
cayó en el suelo, para angustia mía.
Acerquéme hasta el suelo a recogerla,
y "desta" guisa me encontró el destino
de tal suerte, que al ír a componerla,
se incó en mi dedo una sutíl espina.
Brotó la sangre de mi mano dolorida,
y no hallé ningún pañuelo en que limpiarme,
pués te asustaste tanto al ver mi herida,
que corriste a tirar la flor al traste.
¿A qué tomar la flor de planta alguna,
si luce más hermosa de su helecho,
bañada por la blanca luz de luna,
prendida de su tallo y en silencio...?
M. CANO (derechos reservados)
M. CANO (derechos reservados)
...Sin palabras.
ResponderEliminarPrecioso poema, con la armonía de los entrelazados versos, con la belleza de la flor prendida, con la dulzura que escribe el corazón.
De veras que hacía tiempo que no leía un poema con tanta melodía en sus letras, con el ritmo acertado y de una exquisita composición. Créeme esto que te digo, que me llevé mucho tiempo en un foro de poesía y nunca leí uno como éste.
Y para colmo subiste un video que es una delicia para la vista, me encantan las flores y ya sabes cuales son mis favoritas.
Total... que me prendió éste poema muy dentro.
Un abrazo grandote, con los rayitos de sol, que tímidamente asoman hoy por mi ventana.
Muchas gracias Mari Carmen,es un placer para mí wque te guste este poema. Lo compuse ayer mismo mirando las flores de mi jardín. ya sabes que las musas pululan por donde hay naturaleza hermosa...y las atrapé nada más olerlas.
ResponderEliminarMis Musas te envían un beso, y otro de azucena de mi parte.