En el claro atardecer del alma mía,
pensando estoy qué fué de mi pasado,
guardado en mi recuerdo,desterrado
en un rincón de la memoria mía.
Cuán vuelven las escenas a mi vida,
a reclamar un sitio en mi legado,
y a llenar mi pensamiento atormentado,
sopesando qué fué de su partida.
Felices horas, son pués las vividas,
en las que el dulce amor, llenar pudieron
mi corazón, henchido y sin heridas.
Así, las que quedaron florecieron,
y en mi pecho no fueron doloridas,
ni en mi memoria jamás fueron partidas.
En el recuerdo...para siempre y en el corazón...eternamente.
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